lunes, 12 de enero de 2009

El patriota memorioso (A Diego Delgado Jara)

Sobre bolígrafos de arco iris uno de los últimos Quijotes
— seres peligrosos afines a la gloria —
cabalga ligero en la línea equinoccial
y subraya la memoria de quienes no la usan.
Su niebla de olvidos es tan diminuta
que de lejos se atisba
oro sin resquicios
y de cerca la verdad torrente
Prensa en ristre
libro diurno
la ley en sus anteojos
Diego ensarta en los segundos de un reloj de montaña
el qué amarillo de la patria inteligente
el porqué azul de las almas soñadoras
el rojo para qué de los amores irreductibles
el verde cómo de un país subultizado
el dónde anaranjado de los crepúsculos heroicos
el cuándo celeste de la nostálgica utopía
el quién violáceo de las mentes más altas
en negro los nombres de las lenguas mercenarias
en blanco
las antigénicas frases de los coherentes y honrados
y en color invisible
los versos de los poetas ausentes

Decía: Si tuviéramos dos vidas,
una la dedicaríamos a la poesía y otra a la lucha,
pero tenemos una sola vida y, sobre todo, una sola Patria
Dirían los virus de la historia nuestra:
“Matémoslos,
son jóvenes,
pueden reencarnar”

Sepan de una vez por todas,
epidemias extendidas por sustantivos propios,
que su inquina es la mejor manera
de reproducir en cautiverio
docenas de héroes-poetas
rebeldes de la Patria venidera
héroes para una vida de lucha
poetas para la eternidad

Diego:
no estás solo
seremos miles

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