Vino una voz profunda de allá del ciprés oscuro:
“ver llorar y no poder hacer nada”.
Era Plutón con lágrimas de asteroide de paso hacia el ostracismo
patrias cósmicas de soles más justos ampararán al huérfano frío.
Se va en su barca de indiferencia
al reino del no-regreso: el olvido de los hombres.
Vino una voz rotunda desde la Gruta eterna:
“El amor al saber se vive en poesía,
el bardo no es más que el filósofo cantor”.
Era Platón, venturoso cometa,
acercándose otra vez a los ignaros distritos
colmando el vacío espeso con ideas de sol inmutable.
Ha llegado en su esférica mente
a parir la libertad del alma prisionera.
2 comentarios:
Me encanta entrar a la web y encontrarme con sus poemas. Son geniales!
Negra Noche y Luz...
¡Y el alma que transita entre las dos!
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